Los de Cupertino (que no garantizan que con el paso de los meses sus teléfonos dejen de ser sumergibles) están dándole vueltas a la cabeza a cómo sellar los botones físicos. Ese es el lugar por donde se suele colar el agua empujada por la presión.
Y el resultado de esa preocupación es una patente que han presentado. Básicamente lo que viene a indicar es la forma de sellar esos botones físicos para hacerlos inaccesible al agua y que ésta no llegue a los elementos sensibles del interior: pantalla, antenas, etc.
Más o menos viene a decir que con la patente harán que el botón tenga varias capas de seguridad para evitar que el agua pueda pasar al interior.
Los iPhone de Apple ya vienen con certificación IP68, es decir, la máxima en estos casos que asegura una inmersión continua durante 30 minutos a una profundidad máxima de dos metros.