Lo primero en lo que deberíamos pensar si queremos comprar un Apple Watch es en su tamaño. Actualmente coexisten 4 tamaños: 38, 40, 42 y 44 milímetros. Entre el 38 a 40 y el 42 a 44 realmente no hay diferencia, porque la pantalla ha ganado en tamaño al reducir los bordes, no agrandando la caja. Dependiendo de si nuestra muñeca es gruesa o fina, los más grandes pueden parecer algo bastos o los pequeños resultar escasos.
También hay que tener en cuenta la conectividad. Todos los Apple Watch tienen conexión Wi-Fi y GPS, pero también existe la opción de añadir compatibilidad con redes LTE/4G. A través de una eSIM podremos recibir llamadas, enviar mensajes y escuchar música sin llevar el teléfono móvil con nosotros. El problema es que no todas las compañías son compatibles con esta tecnología, y el precio de un Apple Watch LTE/4G es superior.
Por último, reflexionar sobre si queremos disponer de todas las funciones o no nos importa contar con lo último del mercado. Si deseamos usar el detector de caídas y el ECG debemos optar por el Apple Watch Series 4, la última generación disponible y, por tanto, más cara que el Series 3.